En toda familia que se precie hay alguien destinado a soportar la dura carga de ser el experto de la casa. Lo mismo da que hayas estudiado una ingeniería en Harvard o que te guste trastear un poco con la pasta térmica. Probablemente, si has llegado hasta este artículo serás, como muchos de nosotros, el encargado de todos estos menesteres: desde pasar las fotos del móvil al ordenador hasta abrirlo en canal porque ya no va tan rápido como antes, en 2007, lo que sea.

'PC Building Simulator' se lanzaba a principios de 2019 y se sumaba al rentable negocio de los videojuegos que emulan trabajos con la premisa de conseguir que los más aficionados a la tecnología pudieran sentirse como auténticos profesionales a cargo de un taller de reparaciones. Por el camino, los jugadores podrían trastear con cientos de productos oficiales que en la vida real cuestan cientos, o miles, de dólares.

¿Qué profesional no pone pasta térmica?

Lo cierto es que existe algo magnético en los videojuegos, también en los que la premisa es trabajar fuera del trabajo. Aunque sea bajo tus propias reglas, hay magia al llevar un cargamento a través de la Ruta 66 o al convertir tu granja en el orgullo de Pinypon. 'PC Building Simulator' llegaba a Steam como la posibilidad de “crear y desarrollar tu propio negocio de reparación de ordenadores" en donde aprender a "diagnosticar, arreglar y montar equipos”, un acercamiento prometedor que se convierte en una tarea menos grata de lo que parece incluso para los más amantes del sector.

PC Building Simulator' recibe a sus compradores con un menú sencillo y sin algarabías: unas pocas opciones técnicas y un rápido acceso a lo importante, trabajar. Cuando inicias el modo carrera, porque tampoco hay otro, apareces en el rellano de una oficina no muy amplia que será el escenario de tus aventuras durante las horas que quieras dedicarle. Con un rápido vistazo se pueden contemplar las posibilidades del juego: armarios de almacenaje en donde guardar las piezas encargadas para agilizar los procesos o una segunda mesa en la que poder operar con otro encargo.

'PC Building Simulator' no es un juego que busque interesar a público multitudinario, o no parece serlo. A pesar de todo, tiene algunas concesiones con el jugador que descolocan un tanto al ojo experto. El recordatorio de poner pasta térmica en el procesador porque al dueño de la tienda para el que trabajas “se le olvida casi siempre” sigue retumbando en mi cabeza. “¿Quién no pone pasta térmica? ¿Qué profesional hace eso?”, exclamó atónito mi amigo Aitor que empezó a trastear con ordenadores desde niño y pasó alrededor de un año en una tienda especializada en tecnología.

Piezas reales, diversión artificial

'PC Building Simulator' es un juego que cuenta con más de una veintena de marcas oficiales de las más famosas del mercado, como Intel, Zotac, Nvidia o Corsair. Todos estos pequeños detalles harán las delicias de los más expertos, en este tipo de juegos siempre resulta más emocionante poder sostener la suspensión de la incredulidad todo lo posible para lograr una inmersión lo más profunda posible.

A pesar de poner todo de nuestra parte para vivir la experiencia, una que en compañía siempre resulta más liviana, el comienzo resulta tedioso por lo repetitivo y la sencillez de las propuestas. La primera veintena de pedidos sirven para familiarizarse con el juego y sus mecánicas básicas, pero es precisamente este primer escollo el que resulta más complicado de soslayar.

No resulta difícil buscarle potencial al juego e imaginar que conforme pasen las horas los clientes ofrecerán un presupuesto ajustado al jugador y unas necesidades que quiera cumplir para que sea el usuario el que tenga que crear el ordenador que como experto va a ofrecer al cliente imaginario. Los vídeos sobre 'PC Building Simulator' ofrecen una buena muestra de cómo pueden acabar esos ordenadores: luces RGB hipnóticas, cajas del futuro y cierto regusto futurístico como el que se puede apreciar en una battlestation.

Entretenido, pero no generalizado

Sin embargo, es un juego centrado en aquellos expertos y amantes de la construcción de ordenadores, pero incluso para ellos puede resultar algo “tedioso”. Terminamos la velada intentando engañar al sistema para conseguir animarnos un poco: poner un tarjeta gráfica más barata que la que nos habían pedido originalmente para ganar la diferencia, establecer un disipador más económico… toda clase de tejemanejes para ahorrar un poco de dinero dentro del juego y dinamizar la experiencia. Por supuesto, no nos dejaron llevar a cabo nuestras tropelías como expertos en reparaciones. Una verdadera lástima.

'PC Building Simulator' cumple bien al conseguir transmitir muchas de las sensaciones que puedes tener al montar un ordenador desde cero, pero queda muy lejos de enseñar a “diagnosticar, arreglar y montar equipos”.

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